Hay una relación directa entre los chakras, las funciones específicas del cuerpo y la manera con que lidiamos con las situaciones de vida, interiormente y en nuestras interacciones con el mundo.
Como hemos visto en el articulo “Yoga Energético: chakras”, los chacras, como centros energéticos, reciben, asimilan, distribuyen y almacenan energía. Sin embargo, de acuerdo con la historia personal de cada individuo (hábitos, circunstancias, comportamiento) estos centros energéticos pueden presentar un desequilibrio.
Por ejemplo, circunstancias que arrancan nuestras raíces - como viajes, cambios, pérdida de empleo, aprehensiones, problemas familiares o financieros, cambios en el cuerpo, etc - pueden afectar el primer chacra base, tornándolo deficiente, principalmente en personas con mentes inquietas y con imaginación activa que ya se sienten naturalmente desancladas.
Por otro lado, una persona con exceso en ese chakra puede presentar un comportamiento codicioso, enfocado en la ganancia material desmesurada. Otro ejemplo: una persona con exceso en el quinto chakra puede tener tendencia a hablar demasiado y no escuchar a los demás, mientras que una deficiencia en ese mismo chacra causa vergüenza, exceso de timidez y dificultad de comunicación.
Además del aspecto cuantitativo (exceso o deficiencia), también debemos recordar que toda energía posee también su aspecto cualitativo. En ese sentido, mientras esa energía fluye a través de nuestro cuerpo físico, emocional e intelectual, ella puede dividirse en tres gunas, que significan "atributos de la naturaleza".
Cada chakra contiene estos tres atributos en su interior, así como en nosotros: el estado de equilibrio es llamado Sattva; Rajas es el estado de hiperactividad energética; y Tamas es el estado de inercia, latencia o poca actividad energética.
Materia (tamas), energía (rajas) y conciencia (sattva) están siempre presentes en diferentes combinaciones: cuando meditamos, por ejemplo, el guna Sattva esta mas presente, ya que cuando ampliamos nuestra conciencia, nos calmamos mental y físicamente; durante una práctica de vinyasa u otro ejercicio intenso cualquiera, el guna Rajas predominará, pues al moverse gastando energía, tendemos a pensar menos; si miramos hacia la resistencia y la densidad del cuerpo, huesos y músculos, el guna predominante es Tamas. Sin embargo, los tres gunas estarán siempre presentes, pues siempre habrá aspectos de la conciencia, flujo energético y acción de la gravedad en cualquier experiencia y en cualquier asana.
Los dos primeros chacras son más tamásicos, los tres chacras intermedios más rajásicos y los chakras superiores más sattvicos. El equilibrio consiste en honrar estos tres aspectos durante nuestra práctica, desde la meditación inicial, pasando por las posturas más desafiantes y terminando con savasana.
Aún en este post hablaré específicamente del primer chakra, Muladhara y una sugerencia de asanas que pueden equilibrarlo. A continuación, publicaré un post cada semana para cada chacra y la práctica de asanas para equilibrarlos.
MULADHARA
Entre el panteón de los chacras védicos, Muladhara, o chacra base, es de donde emergen los nadis, los canales sutiles de energía por donde fluyen la energía vital. El centro energético que se origina en el nervio coccígeo, es de vital importancia en la formación y en la construcción de la base física y psicológica humana.
Muladhara está asociado al elefante, portador del seed-sound (el sonido que de él resuena y que al ser entonado, lo desbloquea) de ese chacra. Tal como la solidez, seguridad, y perseverancia del elefante, la energía de ese chacra nos ayuda a perseverar. Muladhara es delimitado y atraído por la energía de la tierra, elemento asociado a él. Es el centro energético que regula nuestros instintos más básicos y primitivos, necesarios para nuestra supervivencia.
Una persona con personalidad Mulhadara se ve a menudo confrontada a lecciones de vida relacionadas con la seguridad, o aún tiene la necesidad de estar siempre físicamente y financieramente seguros. Pueden ser comparados a las hormigas, siempre trabajando arduamente para sus reinas. Como el elemento tierra, estas personas son generalmente fuertes y productivas y, como aprendizaje, necesitan aprender a lidiar con la codicia, la lujuria, la sensualidad, la rabia y la competitividad.
Ya que ese chakra representa nuestro anclaje físico y emocional y esta asociado al elemento tierra, con vibración más lenta que los colores que simbolizan los otros chakras, una secuencia que corrige el desequilibrio de Muladhara debe proporcionar al practicante la sensación de quietud que lo permita sentirse anclado y seguro:
• Estiramiento y fortalecimiento de las piernas y de los pies, con movimientos libres de los pies, con pelotas de tenis para abrir la planta de los pies, como un mini tratamiento de acupuntura);
• Para preparar para las posturas en pie, podemos estimular la apertura de los dedos de los pies entrelazando los dedos de las manos entre los dedos de los pies y sentándonos sobre los pies por unos instantes;
• Apertura de pantorrilla, estiramiento de los tendones: UTTANÁSANA y JANU SIRSÁSANA;
• Posturas en pie: TADASANA o SAMASTHI;
• Posturas restauradoras que ayudan a asentar una mente hiperactiva, que nos invita a rendirse a la acción de la gravedad como SUPTA KONÁSANA, SALAMBA SAVÁSANA Y SALAMBA BALÁSANA;
• Afirmaciones tales como "volvemos a casa y podemos sentir el poder de estar listos para volver a casa".
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